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“Lo valioso de la PAUSA”

O acaso no es el período de descanso en el entrenamiento el que permite que las fibras se reconstruyan y el cuerpo se fortalezca y mejore?

O acaso no decían que la maestría de Juan Manuel Fango, el mejor piloto de F1 de la historia, consistía en saber cuándo frenar, que era su virtud entender la velocidad no como rapidez, sino como la correcta administración del tiempo?

O acaso no es en el momento en que levantamos la vista de la lectura el momento más importante, es la pausa de la reflexión que permite procesar lo leído, e incorporarlo.

O acaso no es el momento de detenernos, mirar y planificar el que nos permite que el camino que vamos a recorrer sea propio y mío, el que responda a mis principios, a mis valores y que por ello me represente y pueda, al recorrerlo, ser pleno como deportista y como persona?

O acaso no es el momento de pausa entre mi emoción y mi respuesta (y no mi reacción) la que me permite mejorar mis relaciones interpersonales, siendo una persona neuroeducada?

Y acaso esta pausa a la que nos obligó la pandemia no fue humanizante, de encuentro con nuestro entorno y con nosotros mismos?

Parece una incoherencia, si. Hablar de vita contemplativa en un mundo que promueve la vita laboriosos también lo parece. Pero en este mundo donde se nos empuja a la aceleración en la secuencia HACER – TENER – SER, en “una sociedad de trabajo en la que el amo mismo se ha convertido en esclavo del trabajo. En esta sociedad de obligación, cada cual lleva consigo su campo de trabajo forzado” (1), allí podemos ver otra opción.

SER – HACER – TENER es otra secuencia posible.
Dijo Nietzche: “A los activos les falta habitualmente la actividad superior (…) en ese aspecto son holgazanes (…) Los activos ruedan, como rueda una piedra, conforme a la estupidez de la mecánica” (2). Por su lado , Byung-Chul Han dice que la actual aceleración está ligada a la falta de ser y que la pérdida de la capacidad contemplativa es corresponsable de la histeria y el nerviosismo de la moderna sociedad activa. Ambos, entonces, coinciden en la necesidad de la vacilación, en la generación de entre-tiempos para ella.
SER – HACER – TENER es, entonces, la secuencia necesaria.

Este cambio de la mirada nos permite ver aquello que el mundo nos esconde, porque al sistema no le interesa la pausa y la reflexión, porque ellas nos hacen conscientes y responsables. Y nos harán buscar la verdadera libertad.

(1) Byung-Chul Han, “La sociedad del cansancio”, 2010.

(2) Friedrich Nietzche, “Humano, demasiado humano”, aforismo “El principal defecto de los hombres activos”, citado por Han en (1).

Foto portada: Mariana Romero

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