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La carismática prueba asturiana cumple diez ediciones.
El Trail Tierras Pésicas es una de esas pequeñas joyas que el calendario de trail running ofrece en el mes de noviembre, con la temporada prácticamente dando sus últimos coletazos. Se trata de una carrera con ambiente familiar, trato exquisito al corredor y un recorrido que ofrece caminos montañeros de gran valor histórico. Y es que el concejo de Cangas del Narcea abre sus puertas de par en par para permitir al participante atravesar sus majestuosos paisajes de viñedos, los bosques circundantes y el territorio que antaño habitaron los pueblos astures. Entre los alicientes de la prueba también está el de cruzar el icónico puente medieval de Amabasaguas, situado sobre la confluencia de los dos ríos que bañan la villa, el Luiña y el Narcea.
La carrera más exigente del programa es el Trail de 33 kilómetros y más de 2.000 metros de desnivel positivo. Un desafío en el que participarán corredores a modo individual, en pareja o en formato relavos. Precisamente estos últimos deberán darse el relevo en la cota más alta del recorrido, el mítico Alto de El Acebo, a 1.174 metros de altitud. Hablamos de un lugar carismático para el concejo de Cangas del Narcea, donde se ubica un santuario cargado de leyenda y misterio, pues todavía hoy se desconoce su verdadero origen. Además, este lugar también está ligado estrechamente al espíritu deportivo, pues ha servido en numerosas ocasiones como final de La Vuelta a Asturias ciclista.
Si bien los recorridos del Trail Tierras Pésicas mantienen su habitual esencia, para la décima edición se ha realizado una pequeña modificación en el tramo final, regresando ya a la villa, «por un sendero más divertido que va a sorprender a los corredores», asegura Dani Cuervo, director del evento. Además de la prueba larga el programa ofrece un Speed Trail de 10 kilómetros y 600 metros de desnivel positivo, modalidad que algunos participantes afrontarán corriendo pero otros muchos caminando en su formato andarines (no competitivo).
Como es habitual, todos los asistentes al evento disfrutarán de los mejores servicios para vivir una experiencia inolvidable en Cangas del Narcea. Así, habrá servicio de guardarropa, duchas y zona de aparcamiento. Además, no faltará la habitual comida de hermanamiento que se celebra junto al río Narcea una vez finalicen todas las carreras, y en la que participantes y acompañantes disfrutarán de un exquisito pote cangués.
