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Las emociones y el Aconcagua, en ese orden de importancia

“Más alto, más lejos” es el slogan con que se promociona la carrera.

“Aconcagua Ultra Trail 100K es una prueba que solo unos pocos atletas pueden enfrentar. El premio mayor es poder subir a los dos lugares más significativos de la alta montaña mendocina” eran la descripción y la promesa. Palabras, mensajes que despiertan el interés. Pero sin dudas fue el desafío personal y la ilusión de vivenciar tantísimas emociones lo que me motivó a inscribirme para esa tremenda distancia en tremendo lugar.

EMOCIONES en la teoría: ¿para qué estudiarlas?
Miedo, ira, tristeza y alegría son las cuatro emociones básicas (también para algunos estudiosos lo son la sorpresa y el asco). De ellas se derivan al menos cuarenta y dos emociones secundarias, muchísimas formas de clarificar lo que sentimos, aunque a veces nos cueste identificarlas en este abanico más amplio, en los otros y muchas veces en nosotros mismos. Estas predisposiciones espontáneas, incontrolables y automáticas pueden ser, siempre desde un punto de vista personal, positivas, negativas o ambiguas y por ello es tan importante poder verlas para reconocer su impacto y gestionarlas en nuestro favor. Los estados emocionales, junto a los estados de ánimo (de mayor duración) y los sentimientos (emociones con evaluaciones concientes), forman parte de nuestro ser humano, que en este caso quiere vivir y crecer como Deportista.

LAS CARRERAS Y SUS METAS, LA VIDA MISMA
Cada competencia tiene cuatro metas. Y en todas ellas siempre destaco la ALEGRÍA, que es la emoción que quiero llevar como bandera, la que me obliga casi irremediablemente a ser agradecida por poder tener ese objetivo, esa gran meta de vivir y crecer como deportista: existir, convivir, realizarme y superarme.

INSCRIBIRSE (la primera meta)
Implica ALEGRÍA y miedo. ALEGRÍA por cumplir los requisitos de la postulación, por disponer de recursos económicos, sociales, de tiempo, de salud!; y miedo, temor ante el desafío.

LARGAR (la segunda meta)
Implica ALEGRÍA y miedo. Alegría por llegar a ponerme bajo el arco entrenada, sana, preparada, pero sobre todo ilusionada. Pero también miedo, incertidumbre, y una gran incógnita. ¿Podré mantener la motivación durante las muchas horas que me esperaban por delante?
La motivación, aquello que nos mueve a hacer lo que hacemos, con la intensidad con la que lo hacemos, está en nuestro Ser Deportista. Y se redefine en cada competencia. ¿Cuál era mi motivación externa, cuál era mi motivación interna que me llevaran a buscar alcanzar el mejor rendimiento deportivo? Y entonces, ¿Cuál era mi mejor rendimiento deportivo, cuales son los parámetros que lo definen y miden? ¿A qué valores esenciales y absolutamente personales voy a buscar responder para sentirme plena, satisfecha, orgullosa, poderosa, feliz? Todas preguntas ya pensadas, ya entrenadas pero muchas aun sin respuestas…y seguramente no haya ni siquiera para mí una respuesta cierta y permanente.

Además de la motivación, también cuenta las necesidades de cada ser humano, siempre en una escala personal. Necesidades de supervivencia, seguridad, pertenencia, estima, desarrollo, renovación, trascendencia y madurez, que cada cual define para sí mismo en su Ser Deportista, y buscará satisfacer en cada prueba. Largué sintiendo pertenencia al grupo de valientes y con certeza de que la organización de primer nivel me brindaría seguridad, por ejemplo, en mi caso.

VIVIR EL DESAFÍO Y LLEGAR (la tercera meta)
En mis casi diecinueve horas de carrera para recorrer los 100 km del Aconcagua Ultra Trail viví muchas emociones, atravesé muchos estados de ánimo, tuve muchos sentimientos. Pero lo hice confiada: había desarrollado herramientas mentales para gestionar lo negativo, para revertirlo, había llegado el momento de ponerlos a prueba.

MIS EMOCIONES NEGATIVAS
En mis horas de entreno mental, había detallado por escrito cuales podían ser las situaciones que me dispararan emociones negativas y las formas en que las reconvertiría. Imaginé (pero no incorporé, ese es un secreto) situaciones de Ira (enojo por no cumplir lo previsto, no cumplir expectativas de tiempos; Indignación y animosidad si algún competidor tiene actitudes antiéticas; Irritabilidad por el cansancio, por ej.) y de tristeza (desaliento por no lograr lo previsto; pena por algún problema de un compañero; desconsuelo ante algún suceso trágico o al no poder concurrir a la competencia por problemas ajenos). Pero imaginé sobre todo situaciones y emociones relacionadas al miedo, mi emoción guía: temor a no cumplir, preocupación ante posibles situaciones climáticas complicadas, Incertidumbre, ansiedad.

Aplicando herramientas
En las partes más complicadas de la carrera, por ejemplo en los 20 km viento en contra hasta llegar al Cristo Redentor y en la vuelta por las tediosas vías, debí recurrir a muchas de mis herramientas preparadas.

Manteniendo la motivación
Las estrategias que preparé y cumplí tuvieron varias anclas.
Respecto al Contexto, actué sobre mi entorno físico (haciendo esfuerzos pequeños en el ritmo para sentirme fuerte y pensar así que no estaba tan cansada, visualizando algún gusto en el puesto de abastecimiento) y sobre variables psicológicas (hice equipo con varios compañeros, fortaleciéndonos

También pude aplicar la Motivación explícita, de varias maneras. Si bien los equipos que formamos fueron tácitos, igualmente nos identificamos de esta manera y generamos un compromiso con mis compañeros de carrera, con la gente de los puestos, y sobre todo con quienes me acompañaron al final. También nos desafiamos con incentivos positivos, como mantener un ritmo durante un trecho, recordándonos lo poco que faltaba para los puestos. Pero sobre todo en el último tramo, que transité sola, a la auto-motivación, la introyección, repitiéndome frases aprendidas para esto: mantras, la herramienta que detallo luego.

Y respecto a la motivación que pudiera anclarse en mi edad de corredora, mi experiencia, en mis vivencias anteriores (De acuerdo a la psicología evolutiva del desarrollo) volví a verificar mi cada vez mayor firmeza en el control de mis sentimientos: al aparecer emociones negativas (dijimos predisposición espontánea, incontrolable y automática) puedo gestionarlas favorablemente teniendo un enfoque positivo en la valoración consciente de esa emoción y de la experiencia en general, resultando entonces sentimientos positivos. Puedo decir con certeza que en mi JUEGO INTERNO, mi “YO” número 2 pudo hacer lo que sabe hacer (correr), por sobre el “YO” número 1, el ego mental consciente que es quien genera las interferencias que bajan el rendimiento.

Manteniendo la calma
Los mantras (frases que permiten dirigir la concentración y mantener la mente en calma) que escogí y elaboré durante los entrenos mentales y practiqué durante los entrenos físicos fueron: “Tú decides como juegas, tú decides como sientes, tú decides como eres”, «Sueña infinito, lanza infinito, llega infinito» (Brian Toledo) y “PODEROSA: sana – fuerte – entrenada – rápida – liviana”. Pero, sin embargo, puede suceder que el mantra termine siendo el que se viene a la mente en el momento, muchas veces de forma aleatoria, casi una serendipia. En los días de aclimatamiento, de repente, viendo redes sociales, surgió la historia de la Expedición Atlantis, con la frase de su capitán Barragán, tan famosa “Que el hombre sepa que el hombre pueda”. Lo hablamos un martes, comentando sobre los dichos de este visionario: “Sigo enamorado de ella. La veo Bella. Pura. Útil. Atlantis fue una bellísima desmesura”. Pero en sus análisis, Barragán siempre aclara que no fue una hazaña sino un gran logro perfectamente planificado. Y fue una sorpresa saber que al otro día era el cumpleaños del capitán. Y así, “Que el hombre sepa que el hombre puede”, fue mi guía sobre todo en los kilómetros de vías finales, tediosos, mientras el sol se iba apagando.

MIS EMOCIONES POSITIVAS
Pero como decía al principio, la bandera que busco, la que elijo, lo que dejo prevalecer es la de la ALEGRÍA, y por ello rescato algunas de esas emociones vivenciadas:
Diversión al trepar con las piernas frescas, al saltar piedras y lechos de arroyos, al escuchar los comentarios de los compañeros.
Placer por el fresco de la noche y también durante el día cuando calmaba el viento y nos daba un alivio, al tomar agua fresca y por la comida en los abastecimientos.
Contento por ir cumpliendo las llegadas a cada Puesto de los nueve previstos.
Deleite por ir viendo como el amanecer iluminaba la imponente sombra que era el Aconcagua en plena noche.
Gratificación al recibir los mensajes de aliento y sobre la posición en el recorrido.
Éxtasis en la vista del cielo absolutamente estrellado, una experiencia casi mística.
Gozo al fluir mientras corría, ese concepto (Flow) tan estudiado y panificado.
Euforia al llegar a puestos antes de lo pensado.
Satisfacción al cruzar el arco de llegada, momento cúlmine de la carrera y por haber dado siempre lo mejor.
Felicidad al cumplir y superar las expectativas, en todo sentido.

EL DESPÚES, la cuarta meta
Implica ALEGRÍA? implica SATISFACCIÓN?
Me preguntaba en la largada sobre qué valores esenciales y absolutamente personales iba a buscar responder para sentirme plena, satisfecha, orgullosa, poderosa, feliz. Encontré muchas emociones pero prefiero en este momento de análisis hacer foco en las que más me cuesta enfrentar. Y es que, como dice Susan David al enseñarnos sobre “Agilidad emocional”, debajo de las emociones que más nos cuesta enfrentar, están los signos de las cosas que más nos importan.

David enuncia cuatro pasos para el análisis de esas emociones: exteriorizarlas, alejarse del hecho, preguntarte tus porqués, ¿Cuáles son mis valores? ¿Quién quiero ser en esta situación?” y luego planificar los cambios necesarios en cada situación y hábitos para lograrlos.

Al hacer este ejercicio sobre el resultado, habiéndome alejado en tiempo cronológico de la carrera y habiéndose transformado las emociones en estados de ánimo y sentimientos, destaco dos cosas.

La primera es que hubiera querido ocupar menos tiempo, me entristeció (apenas) no hacerlo porque era importante para sentirme fuerte y buena deportista. Pero también veo que fui valiente, siempre expresé el tiempo que quería hacer (16:30 hs.), me sometí al juicio ajeno, me animé a ser ambiciosa. Igualmente, mi objetivo al determinar ese tiempo y expresarlo era generar un compromiso conmigo misma a dar lo mejor de mí porque así respondería a un valor que promuevo sobre el ultratrail, carreras de distancia pero no de trekking. Y también, a pesar de no haber cumplido el tiempo que quería, veo que no hay enojo que represente una frustración, por eso no es necesario que haya una descarga, explicarme como me siento, proponerme revancha ni castigarme.

Pero veo también otra cosa, que no me entristeció, desalentó, afligió o dio pena ocupar el tercer lugar a pesar de haber resignado el segundo en el kilómetro setenta. ¿Qué veo en esto? Que dentro de los valores que me guían, la competitividad o ambición de triunfo no es motivadora.

LA META DE SIEMPRE.
Poder completado los 100 kilómetros de AUT fue, al decir de Barragán, una bellísima desmesura. Crucé el arco de llegada y perdura un mes después esa ALEGRÍA, que puedo resumir en la satisfacción de haber realizado mi mejor y mayor esfuerzo, mi meta de siempre, mi objetivo de vida. Sin dudas que al cumplir este desafío, mi Ser Deportista llegó “MÁS ALTO, MÁS LEJOS”.

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Mg. Arq. Betina Bonnin: Deportista y Divulgadora de la Vida Saludable – C. del Uruguay (Entre Ríos) / 3er. Puesto General Damas AUT100km (Aconcagua Ultra Trail 100 km) 2020 / Alumna de la Diplomatura “Liderazgo y Coaching Deportivo” / Disertante en “Herramientas Motivacionales para un mejor rendimiento deportivo” con la Coach Profesional Roxana León (revisión final del presente ensayo) / Disertante TEDx Parque San Carlos nov. 2019 “Lo normal de correr 100 millas” (evento en edición) / Atleta UCU-Aluplast.

Material bibliográfico (síntesis): “El juego interno del tenis” (Gallwey, W. Timothy), “El club de las 5 AM” (Sharma, Robin), “La psicología en el deporte” (Linares, Rafael E.), Paper “Enojo desde la mirada de Levy”, Charlas BBVA “Aprendemos juntos” de Susan David y Toni Nadal, entre otras.

Datos técnicos de la carrera: Aconcagua Ultra Trail 100K es una carrera de Trail Running que se desarrolla en su totalidad en la alta montaña mendocina. La largada es en Penitentes (2600 metros sobre el nivel del mar – msnm) pero tiene la parte más importante del recorrido dentro del Parque Provincial Aconcagua, llegando hasta el Segundo Mirador de Plaza Francia, a 4600 msnm, a los pies de la montaña más alta de América. Cuando los corredores salen del Parque Provincial, inician el ascenso hasta la Villa de las Cuevas, donde tienen un desafío físico y mental, subir hasta el Cristo Redentor, en el límite con la Republica de Chile, a casi 4000msnm, para finalmente, poder comenzar la vuelta hasta Penitentes.

Web: https://aconcaguaultratrail.com/

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