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De la obesidad a competir contra Kilian Jornet en cuatro años: la historia de Cristofer Clemente

El canario pasó en poco tiempo de pesar más de 90 kilos a competir con los mejores del mundo de las carreras de ultraresistencia

A los 24 años, Cristofer Clemente fue a una revisión rutinaria y su médico de cabecera le entregó el papel que le cambiaría la vida: Simvastatina, ordenaba la receta, una pastilla cada noche y así quizá para siempre. Pese a su edad, su colesterol estaba tan y tan alto que ya necesitaba medicación y aquello le abrió los ojos. De 1,69 metros de altura, pesaba más de 90 kilos, por lo que en vez de ir a la farmacia a por las pastillas, decidió ir al parque de su pueblo, San Sebastián de La Gomera. «De pequeño todo el deporte que hacía era jugar al FIFA en la Play Station y llegó un punto en el que comiendo tantos fritos y bebiendo bebidas azucaradas me estaba perjudicando la salud, por lo que me propuse cambiar de dieta y empezar a correr. Sólo quería adelgazar y el primer día no aguanté ni 100 metros, pero al segundo volví, y así hasta ahora», expone Clemente y con «ahora» quiere decir que es uno de los mejores del mundo en las carreras de montaña de ultradistancia, uno de los rivales de Kilian Jornet en pruebas míticas como la Ultra Pirineu o la Transvulcania.

El cambio, además, fue exageradamente rápido. En noviembre de 2009, se calzó las zapatillas por primera vez aquel día en el parque y en mayo de 2013 ya era noveno en la Transvulcania que ganó el propio Jornet. Luego llegaría su victoria en la Copa del Mundo de ultratrail en 2016 o sus dos platas en el Mundial de la especialidad en 2017 y 2018, junto a triunfos y podios en carreras de entre 80 y 120 kilómetros como la Ultra Pirineu o el maratón del Mont Blanc.

«A principios de 2011 ya estaba bastante delgado, tanto que en el pueblo se rumoreaba que tenía cáncer, y decidí apuntarme a una carrera: los 18 kilómetros del maratón del Meridiano. Para mí sorpresa gané. Luego, unos meses más tarde, vi que una carrera de 90 kilómetros, la UTGC, otorgaba 6.000 euros al mejor canario, así que también me apunté. Y de nuevo gané. Ahí empecé más en serio», explica Clemente, cuya historia ya es documental. El corredor compite por el equipo Salomon IATI y la marca francesa ha producido un corto sobre su vida llamado Otro Cristofer que estrenará la noche del próximo jueves 5 en su página web y sus redes sociales.

Su éxito se basa en el trabajo, en una genética privilegiada, en las increíbles montañas que tiene para entrenar en La Gomera y en una pequeña coincidencia. Clemente regenta un restaurante familiar llamado La Tasca, y un día andaba hablando con los clientes de su nueva afición cuando uno de los habituales, David Alcón, le descubrió su oficio: entrenador y director técnico de la Federación Canaria de triatlón. Se puso a sus órdenes y con él sigue. «Me ayudó mucho a entender cómo entrenar en la montaña. En mi primera carrera, el maratón del Meridiano, corrí con zapatillas de asfalto, no conocía nada sobre trail», expone el corredor que, pese a los triunfos, aún no puede vivir de ello.

De hecho, el día de la carrera de su isla, la Gomera Paradise, de 47 kilómetros, siempre le toca doblete: por la mañana, victoria y al mediodía, servir el almuerzo a los participantes que van a su restaurante. «Ahora recibo algunos ingresos por correr, pero en España yo creo que sólo pueden vivir de esto Kilian, Luis Alberto Hernando, Pau Capell y poco más. El resto lo hacemos por disfrutar y por salud», expone Clemente, cuyas revisiones médicas ahora están impolutas. El colesterol ya le ha bajado todo lo que le debería y la báscula indica 60 kilos, unos 30 menos que hace diez años. Con su yo de antes, de hecho, ahora ni se identifica. «Me veo en las fotografías y no me encuentro. De alguna manera, lo veo como una etapa oscura de mi vida. Es un poco fastidiado porque si tengo vacaciones o sufro alguna lesión y cojo dos o tres kilos me pongo nervioso y rápidamente necesito hacer algo, aunque sea salir en bicicleta o natación. Tengo miedo de volver a caer en los malos hábitos», finaliza Clemente que ya es otro hombre, que ya vive otra vida.

Fuente: https://www.elmundo.es/

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