Gran parte de los trabajos que investigan la relación entre el deporte y droga social (incluido el alcohol) han comprobado que cuando los adolescentes participan en deportes organizados, el deporte tiene una influencia positiva sobre el uso individual de alcohol y otras drogas sociales. Es decir, los adolescentes que participan en deportes organizados son menos propensos a usar alcohol y otras drogas sociales.
Sin embargo, otros estudios han demostrado que para los adultos la participación en el deporte puede realmente fomentar una mayor ingesta de alcohol y que los deportistas son más propensos a involucrarse en conductas de alto riesgo, como conducir o tener relaciones sexuales sin protección cuando están bajo la influencia del alcohol.
Se ha observado que los deportistas que participan en deportes de equipo pueden estar en mayor riesgo de consumo excesivo de alcohol en comparación con los deportistas de disciplinas individuales, pareciera ser que «beber es importante para desarrollar un vínculo con los otros jugadores». A raíz de esto, la investigación indica que muchos atletas consumen alcohol en exceso especialmente después de la competencia y con frecuencia exceden los niveles recomendados para el consumo seguro.
Por lo tanto, la práctica del deporte de elite no necesariamente puede crear un ambiente que automáticamente desarrolla comportamientos y actitudes saludables en relación al uso de drogas sociales.
El alcohol y el ejercicio
El alcohol es una droga depresiva, no es un estimulante como mucha gente piensa. Se reduce la actividad en el sistema nervioso central. Los depresores cerebrales afectan la concentración y la coordinación, y disminuyen el tiempo de respuesta ante situaciones inesperadas.
El alcohol es un ergolítico para el rendimiento deportivo. Esto significa que el alcohol disminuye o empeora el rendimiento. El consumo de alcohol tiene un impacto negativo en relación a habilidades psicomotoras esenciales para el desempeño físico exitoso durante el ejercicio, incluyendo el tiempo de reacción, el equilibrio y la coordinación (ocular-motora). Los estudios también han demostrado que el consumo de alcohol no permite mejorar la potencia, la fuerza o la resistencia.
Es importante tener en cuenta que el alcohol está prohibido en algunos deportes durante la competencia. Aunque la mayoría de los atletas no usan alcohol inmediatamente antes del ejercicio, el consumo abundante de alcohol durante la semana o los fines de semana, es probable que afecte la recuperación luego del ejercicio y el rendimiento físico en los días posteriores.
El impacto del consumo abundante de alcohol tiene una variedad de efectos a corto plazo y a largo plazo para el atleta:
Efectos a corto plazo
El alcohol causa deshidratación: esta afirmación es cierta dependiendo de la concentración de la bebida alcohólica que se consuma. Bebidas concentradas consumidas en vasos pequeños, o la cerveza de alta graduación alcohólica o el vino producirán en una pérdida neta de líquidos. Sin embargo el bajo contenido alcohólico en opciones tales como cervezas de baja graduación y licores diluidos mezclados con bebidas sin alcohol podrían ayudar a los atletas para rehidratarse después del ejercicio.
El consumo excesivo de alcohol exacerba las lesiones de los tejidos blandos: para el tratamiento de la lesión en un tejido blando es necesario reducir el flujo de sangre a la zona a fin de disminuir la inflamación. El consumo de alcohol tiene el efecto contrario. Se aumenta el flujo de sangre a la zona, por lo que es probable que se extienda el tiempo de recuperación después de una lesión.
Mayor riesgo de sufrir lesiones graves en accidentes o de estar involucrado en situaciones de violencia: después de beber alcohol en exceso la capacidad para reaccionar y tomar decisiones correctas se ve afectada.
Efectos a largo plazo
A largo plazo, el consumo regular y excesivo de alcohol puede agregar significativa cantidad de calorías. Existe el mito que por el contenido de carbohidratos en la cerveza, el consumo regular de la misma produce exceso de peso.
La cerveza contiene muy pocos hidratos de carbono, ya que el azúcar en la cerveza se convierte en alcohol. Es el alcohol en la cerveza el responsable de la ganancia de peso.
El deportista que consume alcohol en exceso luego del ejercicio no presta atención en la realización de estrategias para abastecerse de energía y nutrientes, para la reposición de fluidos y la reparación muscular. Además el alcohol disminuye el apetito y por lo general los deportistas no consumen alimentos y bebidas que permiten una apropiada recuperación muscular.
El alcohol produce efectos de desinhibición con un mayor riesgo de estar involucrado en situaciones de violencia, ocasionando lesiones graves y/o publicidad adversa.
Los efectos combinados directos e indirectos de consumo excesivo de alcohol puede afectar gravemente a la recuperación de los atletas después del ejercicio, su rendimiento en las sesiones de ejercicio en los días posteriores, y posiblemente su carrera deportiva.
Guía para disfrutar de una bebida sin riesgos de afectar el rendimiento deportivo
Disfrutar de una bebida es a menudo una manera de relajarse con los amigos o celebrar un evento especial o la victoria. La siguiente es una lista de sugerencias prácticas que podrán ayudarte para realizar un consumo responsable de alcohol en salidas con amigos y compañeros de equipo:
Planeá con anticipación: cuánto vas a beber y pensá qué es lo que tenés que hacer al día siguiente
Comé antes y/o mientras estás bebiendo: comer alimentos ricos en carbohidratos después del ejercicio ayuda a reponer las reservas musculares de combustible. Además, la comida disminuye el ritmo con el que se bebe y en el estómago disminuye la velocidad con que el alcohol puede ser absorbido a la sangre.
Tomate tu tiempo: alterná bebidas alcohólicas con bebidas sin alcohol. Incluso ayuda comenzar con una copa de agua, jugo. Además es importante tener una bebida sin alcohol para saciar la sed, de lo contrario vas a tomar mayor cantidad de bebida alcohólica.
– Bebé lentamente: disfrutá de la bebida. Seleccioná bebidas alcohólicas de baja graduación por ejemplo bebidas preparadas mezcladas con bebidas con jugos o gaseosas.
– No llenes el vaso de bebida si aún no lo has terminado: es mucho más difícil hacer un seguimiento de cuánto has bebido.
– Evite las rondas de juegos con alcohol: beber en rondas de juego con tus compañeros de equipo hace que bebas a otro ritmo.
– Asegurate de hidratarte antes de ir a la cama: una de las mejores maneras de prevenir la resaca es beber agua antes de ir a dormir. Beber agua durante la noche es también una buena opción.
FUENTE: http://www.nutridep.com.ar