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El estado de ánimo y el running

Gervasio Diaz CastelliSoy psicólogo, soy corredor. Me gusta pensar mi trabajo, mi consultorio, como una gran ferretería que nutre de herramientas concretas a la gente. Herramientas y no solo palabras, asociaciones o interpretaciones. Déjenme expresar lo que quiero decirles de un modo atípico, con un caso clínico .Lo haré de manera muy simplificada. He tenido decenas de casos similares, con diferentes patologías (pánico, depresión, psicosis) en donde he usado el deporte como aliado.

Simplificaré 2 años de tratamiento en pocos renglones.

Sofía llega a sus 34 años con diagnostico de depresión (una depresión leve, pero sostenida desde sus 25 años). Tres años de antidepresivos, un trabajo sostenido con mucha dificultad y un noviazgo ya medio diluido por su problemática, mucho aislamiento social y falta de interés generalizado. Su presencia física era muy apagada y poco vital. Luego de 2 meses de sesiones en donde la paciente comienza a armarse un poco, le digo: – Sofía, ¿qué tal si consultamos con tu psiquiatra para ir dejando los psicofármacos muy de apoco y, paralelamente, te anotas en un grupo de corredores? – ¿yo en un grupo? ¿A correr? No me gusta correr, y no me sale ir a un lugar donde no conozco a nadie. Aparte no tengo ganas de hacer ejercicio. Es decir: rechazo total. Le explico que las ganas o no ganas no son un parámetro para manejarse en la vida, que estar deprimida es, casualmente, no tener ganas de nada. Le digo que ella tenía que intentar hacer cosas sin muchas ganas y que el argumento de que no le gustaba correr era válido, pero que se lo iba a tomar luego de haber hecho la experiencia por tres 3 o 4 clases. Al cado de 2 meses fue a su primera clase. Me manda un wazap “fui al grupo, estoy contenta, me costó arrancar, pero fui ¿me va a dejar de hinchar ahora je je?” así, textual. (Aclaro que Sofía no era de tener mucho sentido del humor…)



Bien. Por una serie de cuestiones químicas de nuestro cuerpo, el correr genera los mismos cambios en del estado de ánimo que los antidepresivos. Pero más allá de eso. ¿Qué es lo curativo de una actividad deportiva como esta? Correr inscribe en nuestro aparato psíquico, una experiencia placentera. Cuando vivimos una experiencia placentera, nuestra mente tiene una tendencia, como una inercia, a reproducirla. Cuerpo y mente “nos pide” eso de vuelta. En los grupos de corredores la experiencia placentera es socio indivudual, de trabajo en conjunto; una experiencia con otros, de intercambio. Lo placentero, lo que nos hace bien, no es solo “eso químico nos pone pum para arriba”. No, es toda la escena en su conjunto. Es la charla con el compañero mientras corremos, es la actividad al aire libre, con el sol caliente sobre el rostro o, por qué no, la lluvia; es el aroma de los árboles…los sonidos del viento y de los pájaros… la naturaleza. Es estar con otro que tiene el mismo deseo y voluntad de hacer eso que nos gusta…es todo esto, en conjunto, no solo lo químico y sus efectos de euforia o éxtasis.

Sofía se engancha con el grupo, vive y experimenta la pasión colectiva. Respira los estados de ánimo de los otros (se contagia de eso) charla, comparte…socializa. Conoce un mundo de proyectos y objetivos deportivos, un mundo de viajes con sus compañeros y, por supuesto, mejora su estado físico significativamente, se vitaliza. ¿Sofía resolvió su núcleo depresivo totalmente y todos sus problemas con el Running? No, por supuesto, los seres humanos somos muy complejos. Pero prácticamente ya no toma medicación. Su ánimo ha mejorado mucho, con ciclos de decaimiento, pero yo arriesgo a decir que, en general, el dispositivo armado (con un fuerte anclaje en el deporte), la ha mejorado en un 60 o 70%. Cosa que es mucho, era una chica que, con sus 34 años, no tenía muchas ganas de vivir. Nada la encendía. El mundo era opaco para ella. Hoy corre, hoy comparte, hoy “le hace el aguante” a un compañero que arranca, el mundo de Sofía hoy… tiene más brillo. Le falta, pero realmente estoy convencido de que yo solo, sin esa herramienta que es el running ( y todo lo que en ese mundo sucede) y…la cosa hubiera sido mucho más larga y displacetera para ella y – muy probablemente también -ante la falta de resultados a corto plazo, Sofía habría abandonado el tratamiento. Un caso, un mundo. Un hombre es todos los hombres. Una herramienta, una posibilidad. Mi trabajo es el caso por caso, quizá con otro paciente de similares características hubiera tomado otro camino, otro deporte, o ninguno. Lo que si les digo es que somos un cuerpo, y estoy convencido de que los psicólogos tenemos que hacer psicoeducación con nuestros pacientes sobre la importancia que ocuparse de ese cuerpo. El deporte, el running son mis grandes aliados, son mis verdaderos acompañantes terapéuticos. Me despido de ustedes hasta la próxima sesión.

Facebook: Gervasio Diaz Castelli
Psicólogo MatrÍcula: 37715

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